Saber
aplicar el tinte es igual de importante que saberlo escoger. Es
necesario invertir en una técnica que funcione para que el color dure
más tiempo.
Divide el cabello en cuatro, formando una cruz en el centro de la
cabeza y recoge cada parte con pasadores. Antes de comenzar a pintar el
pelo, aplica un hidratante en las orillas del rostro para que sirva como
protector para evitar posibles manchas en la piel. Ten cuidado con
colocarlo cerca de la raíz del cabello, ya que la crema puede afectar el
resultado en el área y dejar las hebras manchadas.
En la zona de la frente es donde salen más canas intensas y resistentes. Separa esa parte en mechas menores.
Comienza a depositar el producto en la raíz con un pincel pequeño y
extiende de forma homogénea, sin prisa, para que le área sea cubierta
enteramente. Haz lo mismo con el resto del cabello.
Respeta el tiempo de espera y aplica en los cinco minutos finales el
tinte en las puntas. Después enjuaga completamente para evitar que los
residuos del tinte interfieran en el resultado final. Obtendrás una
cabellera sin canas y con un color parejo.